Una chica llama al 911 y pide una pizza, la cara de los policías se pone pálida tras encontrar esto en su casa

Las risas y la charla llenaron la habitación de una sensación de normalidad, en marcado contraste con el caos anterior. La sensación de alivio y calidez era palpable cuando Sarah y Lily, ahora a salvo y reunidas, empezaron a asentarse en su nueva realidad. La recuperación de Sarah se vislumbraba en el horizonte y el vínculo familiar se había fortalecido por la terrible experiencia que habían vivido juntos.

Habían pasado por una experiencia aterradora, pero la amabilidad y la rápida actuación de la comunidad la habían convertido en una historia de valentía y compasión. Susan, de vuelta en la central, tuvo su propio momento de reflexión. El día había sido difícil y la llamada de Lily había puesto a prueba sus instintos y su paciencia.