Una chica llama al 911 y pide una pizza, la cara de los policías se pone pálida tras encontrar esto en su casa

Lily, que sólo tenía cinco años, era demasiado joven para comprender la gravedad de la situación que se desarrollaba a su alrededor. Aunque sus padres le habían enseñado a llamar al 911 en caso de emergencia, la gravedad del estado de su madre escapaba a su comprensión.

Abrumada por el hambre y la confusión, Lily sólo podía concentrarse en el simple deseo de comer la pizza que su madre le había prometido antes de desmayarse. En su joven mente, el concepto de emergencia se había mezclado con su necesidad inmediata de comida.