Ethan y su equipo se enfrentaron a un reto repentino e imprevisto. Tenían que identificar y neutralizar al saboteador antes de que se produjeran más daños. Su tarea ahora no era sólo mantener el control sobre los piratas, sino también hacer frente a esta nueva amenaza y garantizar la seguridad de todos a bordo.
El equipo inició rápidamente una investigación para descubrir la identidad del infiltrado. Las imágenes de vigilancia y las declaraciones de los testigos revelaron actividades sospechosas que les condujeron hasta uno de los tripulantes del yate. Este individuo había estado manipulando los sistemas del yate con la intención de crear una nueva crisis y facilitar los planes de los piratas.