El plan dependía de su capacidad para distraer a Abir y ganar tiempo para su equipo. A medida que Ethan se acercaba a Abir, el ambiente a bordo se volvía tenso. Morgan y su tripulación, sorprendidos al principio por la aparición de Ethan, le miraban con una mezcla de curiosidad y recelo.
Ethan trató de hacerse el interesante, ofreciéndose a llevar a Abir hasta la carga más valiosa del yate en un intento de desviar su atención. Abir, intrigado pero cauteloso, aceptó seguir a Ethan. Los dos se dirigieron a una zona de carga aparentemente normal, donde Ethan había preparado la fase final de su plan.