Un agente le preguntó cuándo había visto a Clara en persona por última vez. Adam abrió la boca para responder, pero su seguridad vaciló. Recordaba mañanas juntos y conversaciones en el sofá, pero nada encajaba con claridad. Las fechas se desdibujaban, los momentos se solapaban, dejándole aferrado a fragmentos de tiempo.
El pánico se deslizó por él como el hielo. Sus recuerdos parecían vívidos, pero las pruebas le contradecían a cada paso. ¿Había recordado mal su último fin de semana juntos? ¿Le había parecido distante? ¿Había pasado por alto señales de algo más profundo? Cada pregunta le hacía sentir más vacío.