De vuelta a casa, abrió su armario a medio usar. Unas cuantas camisas colgaban sueltas, extrañamente espaciadas, como si no pudiera recordar qué había estado allí ayer. Algunas cosas le resultaban familiares, otras extrañamente fuera de lugar. No sabía si le faltaba algo o si la falta de sueño le estaba jugando una mala pasada.
Cerró el armario con manos temblorosas. Si ella se había marchado con prisas a por otro hombre o a una cita secreta, ¿por qué dejar estas pertenencias? A menos que pensara volver… o que algo se lo impidiera. ¿Le habían impedido volver?