Desplazándose más profundamente, se dio cuenta de que todas sus fotos de pareja habían desaparecido. Todas y cada una de ellas. Las que recordaba vívidamente, como las tardes en el balcón, los cumpleaños y su viaje a la costa, habían desaparecido. Se le hizo un nudo en el estómago y sintió pavor. ¿Qué le estaba pasando? ¿Habrían pirateado su perfil?
Comprobó sus antiguos mensajes, pero los hilos parecían extrañamente vacíos. Conversaciones que antes le resultaban cálidas y familiares ahora se leían como fragmentos: falta de contexto, finales abruptos y referencias a mensajes anteriores que ya no existían. Era como si alguien hubiera editado silenciosamente su historia.