Un hombre fotografía a su mujer embarazada a bordo de un yate y ve algo irreal al fondo.

La cuerda de seguridad alrededor de su cintura tiró suavemente. Su presencia se sentía como un segundo latido a través de la cuerda. La mitad de la red se soltó, flotando en espirales azules. La orca se estremeció, su cola se movió ligeramente.

John se tensó, esperando una reacción violenta, pero no se produjo ninguna. Ya casi está, pensó. Bajó hacia la cola, con los pulmones ardiendo. El último nudo estaba apretado, atascado bajo la piel áspera. Hizo unos cortes rápidos: dos hebras cedieron, pero la tercera se enganchó.