Una pareja de ancianos deja vivir en su garaje a una familia sin techo. ¡Sus corazones se hundieron al día siguiente!

«Hemos vivido el día a día durante tanto tiempo», continuó Natalie. «Actué por miedo. No creía que nadie fuera a ayudarnos de verdad» Su mirada se encontró con la de él, suplicando en silencio que la perdonara. Robert suspiró profundamente, sintiendo el peso de sus palabras. «Resolvámoslo juntos», dijo.

Robert decidió ayudar a Natalie y a los niños a encontrar una situación más estable. A la mañana siguiente, Robert acompañó a Natalie y a los niños a los servicios sociales. «Nos aseguraremos de que estén bien atendidos», le aseguró.