Entonces, para su creciente horror, las otras dos figuras hicieron lo mismo. Cogieron cajas de EPI y las apilaron metódicamente, moviéndose con determinación. La visión provocó una onda expansiva en el cerebro de Nathan.
El miedo de Nathan se transformó en confusión. Lo que estaba viendo ya no tenía sentido. Las figuras no estaban merodeando por la morgue, sino que actuaban como si tuvieran un objetivo, una intención. Estaban reuniendo herramientas, preparándose para partir. Nathan sintió la imperiosa necesidad de detenerlos, pero no sabía cómo.