Se rió de su propio chiste. El cuchillo de Clara resbaló y se clavó en la tabla de cortar con un crujido hueco. Familia misteriosa. Las palabras se le revolvieron en las tripas como si fueran de cristal. Se rió a la fuerza y ocultó su mano temblorosa mientras tiraba las cáscaras de cebolla a la basura.
Durante toda la cena, la charla de Emily se extendió: planes para la universidad, curiosidad por saber cómo sería su «verdadera madre», si tenía la sonrisa de su padre. Clara asentía y sonreía cuando podía, pero su mente daba vueltas a otra cosa. Al día siguiente se vería cara a cara con sus padres. ¿Y si eran encantadores?