Una enfermera adopta a un bebé abandonado que nadie quería. 18 años después, llora al descubrir por fin por qué

El sobre llegó un martes por la mañana, metido entre un folleto de la compra y una factura de la luz. A Clara le temblaron las manos al sacarlo y se quedó mirando el logotipo estampado en negrita en la parte delantera. Durante un largo rato se quedó de pie en el umbral de la puerta, con la luz del sol derramándose sobre sus zapatos, el resto del mundo ajeno a la tormenta que se desataba en su pecho.

Lo llevó hasta la mesa de la cocina y lo dejó en el suelo, con un peso insoportable. Pensó en Emily arriba, tarareando mientras hacía la maleta para ir a clase, llena de confianza en que su madre sería quien le entregaría la verdad.