Su padre habló a continuación, con tono grave. «Linda, te adoptamos después de esto. Eras tan joven que parecías haber olvidado. No podíamos hablarte de la operación sin revelarte por qué no teníamos antecedentes. Nunca imaginamos que una cicatriz resurgiría así y revelaría cosas que pensábamos que era mejor dejar enterradas.»
Se sentó atónita, meciéndose ligeramente. «Todos estos años… ¿y nunca lo dijisteis?» Los ojos de su madre se llenaron de lágrimas. «Creíamos que te protegíamos. La infancia debería estar libre de esas sombras. Estábamos seguros de que eras nuestra desde el momento en que llegaste a casa» Pero a ella le parecía menos protección que robo: una parte de su vida escondida.