Tras la cesárea, notó una extraña cicatriz. Cuando preguntó al médico por ella, su rostro palideció

Después intentó restarle importancia, pero las palabras quedaron en el aire. Por primera vez, sintió que su confianza flaqueaba. «Quizá deberíamos pedir otra opinión», murmuró él, evitando cuidadosamente la mirada de ella. Su repentino cambio de actitud le hizo darse cuenta de que él también estaba asustado, aunque no quería decirlo en voz alta.

Aquella noche, el bebé durmió a duras penas y, mientras él lo mecía para que se durmiera, ella notó que le temblaban ligeramente las manos. Su anterior rechazo se había resquebrajado. Se preguntó si temía por su salud o si, al igual que ella, percibía algo más profundo, algo que no sólo iba mal con su cuerpo, sino con la historia que lo rodeaba.