Un mono arrastra a su cachorro y su dueño se sorprende al descubrir la verdad

Mientras el sol se ponía sobre el templo, pintando el cielo en tonos anaranjados y dorados, Gabriel se quedó a las puertas del templo, con Coco acurrucada junto a él. El contraste entre la serena belleza del templo y el peligro que había descubierto era sorprendente.

Con la seguridad de Coco garantizada, el corazón de Gabriel se hinchó de gratitud y alegría. Se maravilló del cambio que se había producido entre el intenso miedo que había experimentado y la serena comodidad de reunirse con su querido cachorro.