Metió el bote y la nota en el bolso, con el corazón palpitante. Lo más sensato sería guardarlos en un cajón y olvidarlos por completo. Pero las palabras de la nota la atormentaban. ¿Por qué había una nota de 1985 en el coche? ¿Era la nota y el alijo de películas para alguien en concreto? ¿Era algún tipo de recuerdo?
Y así comenzó la aventura más extraña de la vida de Margaret, una que la llevaría atrás en el tiempo, tras la pista de una persona declarada desaparecida, a archivos de periódicos y conversaciones con personas que recordaban lo que otros habían enterrado hacía tiempo. Todo porque compró en una subasta el único coche que podía permitirse.