Heather vio, con el corazón palpitante, como Jackie rebuscaba en el armario de Sam. Con incredulidad, vio cómo Jackie sacaba una de las blusas de Sam, la estrechaba contra sí misma y se miraba en el espejo. Luego Jackie empezó a desabrochar la blusa y a ponérsela. Abrumada, Heather cerró el portátil. Esto tenía que ser una pesadilla.
Abrumada, evitó revisar las grabaciones durante los días siguientes, tratando de asimilar lo que había presenciado. Pero la persistente necesidad de respuestas la hizo volver. Reforzándose, Heather volvió a abrir el portátil. Le esperaban más escenas perturbadoras.