Un niño desaparece de un crucero y años después encuentra a sus padres

Se recuperó rápidamente. Demasiado rápido. «Tú debes de ser Lucas», dijo, con voz ligera pero las manos temblorosas alrededor de la taza que sostenía. Lucas esbozó una sonrisa cortés, pero la forma en que ella seguía mirándolo, como si intentara memorizar las líneas de su rostro, le produjo un escalofrío.

Aquella noche, mientras Rose le enseñaba el dormitorio de su infancia, Kiara rondaba cerca. Al principio, se trataba de cosas sin importancia: preguntas sobre su árbol genealógico, dónde había nacido, hasta dónde conocía su linaje. Ella sonreía, pero sus ojos seguían buscando. Hambrienta.