Lisa agarró a Nina con más fuerza, alzando la voz. «¿Alguien lo ha visto? ¿Alguien ha visto salir a Caleb?» Algunos vecinos negaron con la cabeza. Nadie lo había visto. Kevin corrió a coger el abrigo y el teléfono. «Voy a pedir ayuda. Quédate aquí»
Lisa se volvió hacia el bosque, con el pecho encogido. Intentó concentrarse, escuchar, pero lo único que oía era la sangre que le corría por los oídos. Le ardían los ojos. Debería haber esperado. Debería haberse dado la vuelta. Debería haber mirado.