Lisa bajó a la maleza, con el corazón acelerado. «Va a atacar» La voz de Caleb era débil. «No, a menos que hagamos algo estúpido. Pero no tenemos tiempo» Metió lentamente la mano en su mochila y sacó una pequeña bolsa con cordón.
El susurro de Lisa tembló. «¿Qué es eso?» «Cecina. Huele fuerte. La uso como cebo para las cámaras de rastreo» No apartó la mirada del león. «Si tiene hambre… podría ser capaz de atraerla» Lisa lo miró, con los ojos muy abiertos. «¿Vas a ponerle un cebo a un puma?»