¡No pudo soportarlo más! ¡Mira cómo este hombre le dio una lección a un niño que pateaba el asiento y a su madre!

Los momentos en que la gente le pasaba por encima. Los sutiles despidos en las reuniones. La forma en que los clientes le hablaban como si conocieran su trabajo mejor que él. Las noches en vela que pasó preparando presentaciones de última hora mientras los demás enviaban reacciones emoji desde sus teléfonos.

La semana pasada, cuando se sentó frente a su jefe para repasar las cifras trimestrales, escuchó la siguiente frase: «Necesitamos que te esfuerces más» ¿Más fuerte? ¿Qué pensaban que estaba haciendo ahora? ¿Dormir la siesta entre plazos?