La bolsa se abrió para revelar una colección de objetos robados, ahora expuestos a la vista de todos. El rostro del hombre se tiñó de un rojo más intenso y sus intentos de huir se vieron frustrados por los auxiliares de vuelo, que se apresuraron a sujetarlo.
La cabina se llenó de conmoción y alivio, y la tensión se disipó cuando detuvieron al ladrón. A Kevin se le aceleró el corazón al ver cómo la mano del hombre se introducía sigilosamente en el bolso de una mujer. Fue entonces cuando ideó el plan para atraparlo.