Inspirada por la recuperación de Joe y la constatación del potencial de cambio, Sophia decidió llevar su compromiso a un nivel más amplio. Se embarcó en la organización de una campaña destinada a educar al público sobre el efecto espectador y a fomentar la participación proactiva en situaciones de emergencia.
Basándose en su experiencia y en la terrible historia de Joe, colaboró con organizaciones locales, escuelas y grupos comunitarios. Su campaña pretendía poner de relieve el impacto que puede tener la intervención de una sola persona y fomentar una cultura en la que ayudar a los demás se convirtiera en una respuesta instintiva y no en una ocurrencia tardía.