Sophia se quedó a un lado, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho mientras observaba el trabajo de los paramédicos. Le temblaban ligeramente las manos y luchaba por contener sus emociones. Una oleada de alivio la invadió al ver cómo controlaban las constantes vitales de Joe y le administraban glucosa.
Sin embargo, bajo el alivio había un persistente sentimiento de culpa. Deseó haber llegado antes y se preguntó si podría haber hecho algo más para evitar que la situación llegara a ese punto. Los momentos que había pasado esperando con Joe le parecieron interminables y no pudo evitar repetirlos en su mente, deseando un desenlace diferente.