Empezó a preguntarse quién podría haberlas dejado y por qué se encontraban en este tramo remoto y helado. A medida que Peter avanzaba, obtenía más y más pruebas de sus propias sospechas. ¿Podría ser de verdad? pensó al divisar un trozo de cuerda abandonado que asomaba entre la nieve. Animado por el misterio, Peter intensificó su búsqueda. Recorrió toda la cima del iceberg, buscando cualquier pista que pudiera explicar las extrañas señales de que alguien más estaba allí. Observó detenidamente todo lo que le rodeaba, con la esperanza de detectar algo inusual. Y entonces lo hizo..
A medida que Peter se adentraba en el lugar, se topó con una visión extraordinaria: un círculo de piedras con las marcas negras de una hoguera. Parecía que alguien había hecho una hoguera allí mismo, en la nieve. Cerca, encontró latas de comida y botellas de agua vacías cuidadosamente apiladas, lo que indicaba que alguien había permanecido aquí durante bastante tiempo. «¿Cómo es posible?», susurró Peter.