Al cabo de un rato, por fin vislumbró la cumbre a través de la niebla. Ahora estaba más cerca, lo que le hizo sentirse emocionado, pero también un poco ansioso. Lo que parecía un objetivo lejano estaba de repente al alcance de la mano. Le dolían las piernas a cada paso por el sendero helado y el aire frío le hacía respirar con dificultad.
El crujido del hielo bajo sus botas resonaba a su alrededor, un recordatorio constante de las duras condiciones. Ver la cima de cerca le ponía nervioso y a la vez le emocionaba. No podía evitar preguntarse qué encontraría en la cima. Esta escalada, que había parecido imposible al principio, ahora estaba casi completada..