Recordó la mirada escéptica del dueño de la tienda cuando le habló por primera vez de su plan. «Pensó que estaba loco», se rió entre dientes. El recuerdo de la duda del tendero no hizo sino avivar su determinación. Tenía que llegar hasta allí, encontrar pruebas de lo que había visto y regresar de una pieza para compartir su historia con todo el mundo…
Peter se acercó a la cima, con el corazón latiéndole deprisa. Su respiración agitada y el aullido lejano del viento rompían el silencio a su alrededor. Esta aventura se había convertido en un verdadero reto, lo que le hacía preguntarse por qué lo hacía. ¿Era para probar algo o sólo por la emoción? El aire frío le recordó lo arriesgada que era esta escalada.