Chloe tuvo que acostumbrarse a la transición de una vida de modelo soltera, llena de fiestas, atenciones y tensiones, a una vida de ama de casa casada. Su trabajo como voluntaria le hizo bien: estaba muy comprometida con los demás. Sin embargo, echaba de menos algo de emoción en su vida. Pasaba la mayor parte del tiempo en casa.
Como estaba tanto tiempo en casa, tenía mucho tiempo para pensar entre las tareas domésticas. Se da cuenta de que no está del todo satisfecha con la vida que lleva. Su marido viajaba mucho y ganaba dinero, mientras que ella estaba mucho en casa y se aburría como una ostra. De vez en cuando le ofrecían un trabajo de modelo, pero no era suficiente.