Otro sobre contenía cartas, no dirigidas a ella, pero selladas con las iniciales de Daniel. Pasó el pulgar por encima del papel, temerosa de abrirlas. Su mente se agitó: ¿estaban dirigidas a otra persona, a otra mujer, a una familia oculta? Las lágrimas le nublaron la vista y el miedo se apoderó de ella.
Sin embargo, entre los sobres había una fotografía de Daniel solo, sonriendo suavemente, más joven desde hacía décadas. En el reverso, había escrito con su pulcra letra: «Para el futuro, siempre para ti» Maggie se llevó la foto a los labios, confundida y anhelante.