La mujer desaparece horas después de dar a luz: el instinto del marido le dice que revise su armario

Como un perro tras un rastro, siguió buscando algo, cualquier cosa que explicara las cosas. En el suelo, medio escondida, estaba su vieja caja de zapatos con recuerdos: talones de películas, pases de entradas y álbumes de fotos. Hacía años que no la veía. Pero algo le llamó la atención cuando la empujó detrás de una maraña de botas: papelitos doblados y recibos impresos.

Se sentó en la alfombra y los sacó a la luz. En su mayoría eran multas de aparcamiento y facturas de restaurantes, fechadas en el último mes, algunas de hace apenas una semana. No reconocía esos sitios. Eran de la hora de comer y llevaban la hora de la noche, todas de cuando él había estado en el trabajo. Se le aceleró el pulso. ¿Por qué las guardaba? ¿Por qué los escondía aquí?