El elaborado plan de Jason para alardear de su felicidad había fracasado, dejándolo expuesto y vulnerable. Reflexionando sobre su obsesión con Valeria, sabía que había metido la pata y puesto en peligro su hermoso comienzo con Emily.
Mientras Jason estaba allí, el peso de sus decisiones se derrumbó sobre él. Su obsesión por demostrarle algo a Valeria le había cegado ante la realidad del día de su boda: la verdadera alegría de casarse con Emily. Al intentar superar a su ex, había perdido de vista lo que realmente importaba.