El misterioso invitado permanecía al lado de Valeria, exudando un aire de confianza que inquietaba a Jason. La energía que traían a la habitación era palpable, lo que hacía más difícil para Jason concentrarse en su propia boda. Había algo que no encajaba.
Jason quería salir y averiguar acerca de este invitado en ese mismo momento, pero la voz atronadora de la organizadora de bodas lo detuvo en seco. «Muy bien, todo el mundo a sus puestos», gritó, pidiendo a los invitados que tomaran posiciones.