Un vagabundo y su perro oyen un grito: ¡lo que ocurre a continuación cambia su vida para siempre!

Joshua estaba decepcionado, pero sabía que quedarse con ese sentimiento no cambiaría nada. Si el plan de limpieza de la ciudad se desarrollaba por completo, perdería los pocos rincones seguros que le quedaban. Y si eso ocurría, también perdería a Lucky. Tenía que hacer algo. Rápido.

Volvió a limpiarse en el baño de la gasolinera, con la misma rutina. Jabón de un dispensador casi vacío. Salpicarse agua en la cara. Frotarse los brazos y el cuello con pañuelos de papel. Su reflejo era borroso, pero más claro que de costumbre. Cabello húmedo. Ojos cansados. Seguía teniendo mal aspecto, pero al menos parecía despierto.