Pensó en la lavandería detrás de la cual solía dormir. Aquel lugar siempre había olido a jabón y vapor caliente. Ahora, había un nuevo cartel en el escaparate: «Se busca ayuda – Puesto temporal» No era mucho. Pero incluso un día de trabajo significaba comida, o tal vez más.
Joshua sabía cómo funcionaban estas cosas. No podía entrar con ese aspecto, no si quería que le tomaran en serio. Tenía que estar presentable. Y lo más importante, necesitaba un número de teléfono y una dirección. No tenía ninguno de los dos. Aun así, algo le decía que tenía que intentarlo.