Una joven no para de hacer señales con la mano en un avión; cuando la azafata se da cuenta, alerta a las autoridades

Expresando su gratitud, el padre asintió amablemente hacia Sandra. «Gracias por cuidar de ella», dijo con sinceridad. «Aunque no fuera lo que pensabas, me alegro de que todavía haya gente ahí fuera que actúa cuando cree ver peligro»

Al ver al hombre y a la mujer salir del avión, Sandra no pudo evitar una sensación de alivio mezclada con un pesar persistente. A pesar de la resolución, sabía que tenía que aprender de su error y esforzarse por hacerlo mejor en el futuro.