Una joven no para de hacer señales con la mano en un avión; cuando la azafata se da cuenta, alerta a las autoridades

Cuando los policías concluyeron su investigación y se marcharon, el corazón de Sandra se aceleró con una mezcla de ansiedad y determinación. Lanzó una mirada nerviosa en dirección al hombre y la mujer, dándose cuenta de que era su turno de arreglar las cosas. Si quería enmendar su error, tenía que hablar con ellos antes de que se marcharan.

Con sus colegas preocupados por ayudar a la gente a bajar del avión, Sandra aprovechó el momento. Sabía que tenía que actuar con rapidez para enmendar su error antes de que el hombre y la mujer abandonaran el avión. El peso de su decisión la empujaba hacia delante con urgencia.