Tragó saliva y miró hacia la tumba. «Dejé la enfermería un mes después. Fui a terapia. Todos decían que no era culpa mía, pero yo no podía creerles. Su cara se me quedó grabada, la forma en que sonrió aquella última mañana. Guardé uno de sus juguetes junto a mi cama durante años»
«Cuando por fin me sentí con fuerzas, vine aquí. Sólo quería despedirme como es debido, darle las gracias por ayudarme a encontrar de nuevo la paz» Miró a Ellen con llorosa sinceridad. «Nunca quise asustarte. Creía que era invisible, que nadie prestaría atención a mis visitas»