Los hijos de Vincent permanecían atónitos, con caras de horror y traición. Intercambiaban miradas frenéticas, intentando comprender el caos que se desataba ante ellos. Al otro lado, la familia de Melissa estaba igualmente conmocionada, con expresiones de confusión y horror.
Vincent se acercó dando tumbos, con la voz entrecortada mientras suplicaba: «Elaine, por favor, hablemos de esto. No lo entiendes, no es lo que parece» Le temblaban las manos y la desesperación se le escapaba por los ojos.