La incursión no fue nada fácil. Los furtivos habían fortificado su escondite con barreras de estacas afiladas y alarmas improvisadas colocadas a lo largo del perímetro. Cuando la policía avanzó, se encontró con resistencia. El escondite estaba fuertemente vigilado
Los furtivos estaban bien armados: se oyeron gritos y se produjo un tenso enfrentamiento. Los furtivos, desesperados por proteger su operación, lucharon ferozmente. Paul, aunque no estaba directamente implicado en la operación, no pudo evitar sentir el peso del momento mientras esperaba noticias de la redada.