Una niña de 12 años salva a un perro lobo gigante, pero los resultados del ADN revelan algo terrorífico..

Seguía los movimientos de Betty sin que nadie se lo dijera. Se levantaba cuando ella se levantaba, se paraba cuando ella se paraba. No respondía a las órdenes ni a los gestos de nadie. Vanessa se dio cuenta de que observaba a Betty constantemente, siguiéndola con silenciosa atención.

Betty creó rituales a su alrededor. La comida llegaba siempre a la misma hora. El cepillado seguía a la comida. Al cepillado le seguía el sentarse. Scooby se adaptaba a todas las rutinas sin oponer resistencia, encajando en la estructura como si siempre hubiera pertenecido a ella.