Scooby fue reclasificado como una anomalía biológica no transferible sin protocolo de reubicación. El papeleo cambió. El lenguaje cambió. Lo que antes había sido un problema se convirtió en una responsabilidad que había que resolver con empatía, pensando en lo mejor para todos los implicados.
Construyeron un recinto seguro detrás de la casa, situado cuidadosamente a lo largo de la línea forestal. Estaba reforzado, vigilado y diseñado para permitir el movimiento en lugar del confinamiento.