Scooby debía de haber escapado de su confinamiento temporal sin fuerza ni pánico. Una puerta había quedado sin asegurar durante un cambio de turno, y se movió a través de ella como si hubiera estado esperando. No se rompió ninguna barrera. Al principio no sonó ninguna alarma. Simplemente salió, casi regiamente, dejando claro su punto de vista.
Cuando por fin saltaron las alarmas, fracturaron el espacio. Las puertas se cerraron de golpe. Las radios crepitaron. Las voces se alzaron con urgencia. Vanessa escuchó el sonido desde el interior de la casa y supo, antes de que nadie hablara, que algo había ido mal.