Una niña de 12 años salva a un perro lobo gigante, pero los resultados del ADN revelan algo terrorífico..

Vanessa se preparó para lo peor. Confiscación. Reubicación. Separación permanente. Ensayó las explicaciones que tendría que darle a Betty, sabiendo que ninguna de ellas sería suave ni tendría sentido para una niña como ella, cuyo mundo dependía de la constancia.

Betty percibió la tensión de inmediato. Habló menos. Se encerró en sí misma, quedándose cerca de Scooby siempre que podía. Vanessa observó cómo sus antiguos comportamientos y rabietas regresaban en pequeños detalles y sintió que la tristeza y la culpa le oprimían el pecho.