Scooby se sometió sin oponer demasiada resistencia, caminando por donde le guiaban. Pero cuando le pidieron a Betty que se alejara, se detuvo. Su cuerpo se puso rígido. No gruñó ni arremetió. Simplemente se negó a moverse hasta que Betty volvió a estar a su alcance.
Se ordenó un análisis de ADN. Se tomaron muestras de sangre. Se tomaron medidas. Se archivaron fotos. Vanessa firmó formularios que apenas leía, su nombre firme en la página, incluso mientras sus pensamientos giraban en espiral hacia resultados que no quería imaginar.