Los rumores se extendieron más rápido que los hechos. Scooby se volvió peligroso y feroz en los relatos. La gente lo tachaba de agresivo e impredecible sin conocerlo realmente. Las historias cambiaban según quién las contara.
Pronto llegaron las denuncias. Al principio anónimas, luego más directas. La gente decía que se sentía insegura. La gente decía que algo tan grande no pertenecía a un barrio, y mucho menos a una casa. Le advirtieron de que estaba poniendo en peligro la vida y la seguridad de su hija.