El comportamiento de Scooby no cambió. Siguió siendo suave y deliberado, moviéndose con cuidadosa conciencia de su cuerpo. Nunca tiraba cosas al suelo ni sobresaltaba a Betty, como si se adaptara antes de que Vanessa se diera cuenta de que era necesario.
Betty se adaptó sin esfuerzo. Se apoyó en el costado creciente de Scooby. Apoyó la mano en sus hombros cada vez más anchos. Para ella, su tamaño parecía menos importante que su presencia, que se mantenía constante y tranquila.