Un agente encuentra a una niña y a su perro durmiendo entre la basura – ¡La verdad le rompió el corazón!

Pasaron meses de cuidadosas evaluaciones, entrevistas y audiencias, cada una de las cuales reforzaba lo que ya era obvio: Manny era su hogar. Cuando se completó la adopción, la sala del tribunal se llenó de luz. El perro, un guardián inquebrantable, fue registrado formalmente como su animal de apoyo emocional.

Una tarde tranquila, Manny volvió a su antigua ruta, pero esta vez no caminó solo. La chica le cogió de la mano, sus pasos coincidían con los de él, mientras el perro trotaba fielmente a su lado. El aire nocturno era más suave. Por primera vez en años, Manny se sintió completo. Por fin podía volver a respirar.