Un agente encuentra a una niña y a su perro durmiendo entre la basura – ¡La verdad le rompió el corazón!

No dejaba de mirar hacia atrás, esperando que la silueta de Max emergiera de la oscuridad. Cada vez que miraba, el espacio detrás de ella permanecía vacío, tragándose la esperanza. El perro tiraba de ella hacia delante, empujándola. Sin embargo, la ausencia de los pasos de Max la perseguía con cada respiración que forzaba en sus doloridos pulmones.

Se le llenaron los ojos de lágrimas al recordar las últimas palabras de Max: «Si pasa algo, sigue al perro» Entonces no lo había sentido como un adiós, pero ahora resonaba como tal. Se dio cuenta de que Max la había preparado para escapar, sacrificando su propia seguridad para que ella pudiera llegar a alguien que pudiera ayudarla.