Estos trabajadores encontraron una serpiente gigante – ¡No te vas a creer lo que encontraron dentro!

Cuando el tiburón quedó atrapado en la red, el veterinario se preparó para administrarle un sedante con una pistola de dardos, asegurándose de que permaneciera tranquilo y quieto durante el examen. Los marineros observaron atónitos cómo el veterinario examinaba meticulosamente al tiburón, tomando nota de sus constantes vitales y del tamaño y localización del bulto en su cuerpo. El veterinario también examinó los ojos, las branquias y las aletas del tiburón para asegurarse de que no había otros signos visibles de angustia o lesión.

A medida que avanzaba el examen, los marineros no podían evitar una sensación de excitación y emoción. Estaban en el borde de sus asientos, observando cada movimiento del veterinario y tratando de entender el estado del tiburón.