La dejó en una gasolinera como broma y luego desapareció sin dejar rastro..

En la comisaría, el aire olía a café rancio y desinfectante. Le explicó lo sucedido, tratando de mantener la voz firme. «Se suponía que era una broma», dijo. «Volví, pero ella ya no estaba» El agente levantó una ceja. «¿Dejó a su mujer en la autopista por la noche en broma?»

Repasó los detalles: la hora, la gasolinera y las llamadas telefónicas. Todo le hacía parecer peor. El bolígrafo del agente rascó lentamente el informe. Al cabo de una hora llegó otro agente, cruzado de brazos. «Qué cosa más rara», dijo. «Hemos sacado el circuito cerrado de televisión. Se fue a pie, llorando. ¿No denunció su desaparición hasta ahora?» El silencio que siguió fue más pesado que la culpa.